Reiki y amor para verte mejor
Cuando el reikista posiciona sus manos sobre los ojos, la energía Reiki hace contacto en una primera instancia con nuestro sistema nervioso central. El ojo humano es una proyección del sistema nervioso central hacia la superficie y también refleja las condiciones generales de nuestro organismo. Por esto, nuestro estado de salud físico, mental y espiritual se reflecta en ellos.
Si bien durante las sesiones , los pacientes sienten la intensidad de diversos flujos de energía en diferentes zonas de su cuerpo, suele ser en los ojos, dónde se comienza a experimentar una de las primeras corrientes intensas. Muchas veces en forma de agradable calor o frío suave, sensaciones de luminosidad o lagrimeo.
Estas impresiones, muy frecuentes durante la práctica, nos permiten confirmar que Reiki está siendo bien recibido por todo el sistema en su conjunto y que los flujos de energía, se están movilizando y reorganizando para dar como resultado un orden armónico, acorde a las circunstancias vitales de quien lo recibe, colaborando para un mejor funcionamiento general en el momento presente.
No hace falta ser Reikista para generar bienestar con las manos. Pruébenlo en ustedes mismos, con su familia y amigos. Posen suavente sus manos sobre sus ojos y/o los de sus seres queridos por unos pocos minutos ( 3 o 6 es suficiente) conéctense con amor al otro o a ustedes mismos. Repitan: "AMOR", TE AMO" o " ME AMO", como un dulce mantra hacia adentro, en silencio y se sorprenderán con los resultados.
Pueden realizar este simple ejercicio siempre que necesiten sentirse mejor; Al finalizar, les aseguro que habrá un nuevo brillo en sus ojos.
Quiéranse mucho!
Laura Marrone
Maestra de Reiki Usui y Karuna
Reiki y el contacto humano
Desde que la
vida nos inicia en el útero, estamos unidos a otra persona. Una vez nacidos sería imposible la
supervivencia sin el contacto, el calor, el alimento y el soporte de otro ser
humano.
Las
personas nos gestamos intercambiando, nos desarrollamos en la conectividad
constante y acorde a cómo nos vamos relacionando con el mundo, nos abrimos para
permitir que la fuerza de la vida circule en nosotros.
Cuando
damos Reiki, apoyamos las manos suavemente sobre otra persona. Ese acto simple
y sencillo transforma a Reiki en un vehículo de contacto y transferencia de
información emocional. En ese simple
acto de poner las manos sobre el otro, podemos encontrarnos con resistencias,
miedos, angustias, tensión, receptividad, comodidad, etc… Las memorias tempranas
de contacto con otro humano, aquellas que han marcado nuestras primeras
impresiones, resurgen, vuelven a la superficie y se muestran.
Incorporar
a la sesión el contacto visual, verbal, la contención y la escucha, nos permite
avanzar dentro de los horizontes de Reiki, estimulando la comunicación, la apertura y ampliando
la capacidad de recibir del receptor, tanto a la conexión humana, como a la
recepción de energía.
Por esto,
cada vez que tengamos la oportunidad de dar o recibir Reiki, es bueno recordar
la necesidad natural de ese fluir. Abrirnos amorosamente al contacto respetuoso
y profundo es amar y amar es sanar.
Reiki es
amor.
Laura Beatriz Marrone
5 de Septiembre de 2012
Por Laura Beatriz Marrone
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Siempre tuve la visión de que todos formamos una gran red viva.
Que se sostiene gracias a esa energía vital que nos recorre. Nuestra vida, nuestro ser entero es una hebra de esa gran estructura. Una hebra importante, tan importante que si no estuviéramos vivos, muchas conexiones se perderían.
Somos seres de luz, aquí y ahora imprescindibles, para que todo lo que existe fluya y se sostenga. Somos uno.
Reiki nos permite a lo largo de las experiencias con su frecuencia, recibir energía vital del universo y transmitirla a otros. Cuando Trabajamos en nosotros activamente y a conciencia junto a la energía Reiki, indefectiblemente ayudamos a al resto de la red a la que estamos unidos.
Construir puentes de luz dentro de nosotros para reconectarnos internamente y construirlos también hacia nuestro exterior, hace que nuestro caudal de energía aumente.
Cuando nos conectamos a la energía Reiki, podemos experimentar concientemente su fluir, su fuerza y sus efectos no solo en nuestro microcosmos personal, sino que también comenzamos a ver como se manifiesta a través de las conexiones que tenemos con el mundo. Notamos cómo ese mundo se modifica y comienza a nutrirse de una corriente positiva y revitalizadora que a su paso va armonizando todo lo que se contacta con ella.
Los métodos y técnicas Reiki nos permiten reencontrarnos con nosotros mismos y conocernos en un nuevo aspecto de nuestras capacidades, adentrándonos en niveles más profundos del ser.
El despertar espiritual al cual estamos siendo llamados todos en esta época, no nos deja margen para individualidades. Nos pide unirnos y trabajar juntos.
Reiki nos permite reconectarnos al manto infinito del cual todos somos parte. Si nuestras aspiraciones como reikistas, nacen enfocadas desde el amor y la unidad, nuestro accionar estará acompañado y bendecido por el universo.
Laura Beatriz Marrone.
1 de Septiembre de 2011