El Reiki es
un método de origen japonés, que tiene como principal virtud, odenar los
diferentes tipos de energía con los cuales los seres vivos, funcionamos.
Los seres
vivos contenemos 6 tipos o calidades de energía, las cuales funcionan y fluyen naturalmente.
El tipo de energía más básico, necesita del que le sigue en calidad para
organizarse, poder fluir y cumplir con sus funciones; el segundo tipo de
energía, depende del que le sigue para lograr el mismo fin y así sucesivamente.
El Reiki es una frecuencia de energía
vital o KI, superior en frecuencia a las 6 energías que poseemos de forma
innata en nuestro sistema, pero no proviene de nosotros, sino que proviene del
universo, de la creación, proviene del espacio que se encuentra fuera de
nosotros.
Cuando el
libre fluir de nuestras distintas energías se vé dificultado, obstruído y/o
interrumpido, nuestro “sistema” comienza a fallar y probablemente comencemos a
perder paulatinamente el equilibrio en nuestro funcionamiento, experimentando
así, ciertas dificultades físicas, mentales, espirituales o en más de uno de
esos aspectos a la vez.
El ser humanos
y vivir en estos tiempos, nos hace estar más propensos a perder el orden ideal,
pues todos estamos expuestos a factores ajenos a nuestra naturaleza elemental; es por esto, que tomar conciencia sobre la importancia
de vivir en armonía, de trabajar en ella, en reconquistarla, reconstruirla y
sostenerla, nos ayuda a continuar con nuestro viaje por la vida, de la manera más
cercana posible a nuestro orden interno. Cuánto más nos acerquemos a nuestra naturaleza,
cuánto más comulguemos con ella, mayor cantidad de energía vital recibiremos a cambio, mejor nos sentiremos y la
plenitud dejará de ser una utopía, para convertirse en una sensación real, posible
y absolutamente palpable.
Si bien
puede acudirse al método Reiki para obtener cierta tranquilidad, quietud
interna y relajación, debemos saber que Reiki nos ofrece mucho más que eso.
Reiki nos dá la posibilidad de vivenciar un proceso de armonización
profundo, en diferentes niveles y aspectos de nuestra experiencia con la vida.
Las
personas entrenadas para dar Reiki, utilizan generalmente sus manos para
trabajar. Estas se posicionan en algunos puntos específicos del cuerpo del
receptor ( Chakras primarios y secundarios) , por los cuales ingresa la energía
proveniente del exterior, para ser utilizada en diferentes funciones. Al
aplicar Reiki en esa zona, los canales que transportan la energía dentro del
ser, comienzan el proceso de re-armonización, ajustándose y adaptándose a este
nuevo flujo, que ordenará a todos los demás.
Este
proceso, toma algunos encuentros periódicos. En el primer encuentro se
establecerá el ritmo con el que se estará trabajando; el cual podría ser
diario, semanal o quincenal según el caso. En términos tradicionales, podríamos decir que
una armonización intensiva con Reiki, constaría de 5 sesiones distribuidas en 5
semanas o de 5 sesiones en días consecutivos.
La
experiencia de la armonización profunda con Reiki es única e intransferible,
sin embargo, la mayoría de quienes lo han vivido, confluyen en la idea de que
en su vida, hay un antes y un después luego de haber conocido la técnica.
Este camino
no solo se presenta ante nosotros como una oportunidad para sentirnos mejor,
sino que también, nos invita a explorar, conocer y vivenciar íntimamente, nuestra
naturaleza sutil, energética, eléctrica e intangible, expandiendo indefectiblemente, nuestra
conciencia.
Laura
B.Marrone
Buenos
Aires, 21 de junio de 2012
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